
La creación del nuevo Renault 5 (coche del año)
Entrar en un concesionario, ver una gran variedad de coches y encontrar uno que te haga sentir que está hecho para ti, conlleva una extensa cadena de trabajo complejo formado por muchos profesionales.
Un automóvil nace de ideas, nociones y necesidades. En el caso de Renault, se acelera por la simplificación de los procesos, es decir, que quieren pasar del concept car al producto real en tiempo récord, como es el caso del nuevo Renault 5 E-Tech eléctrico.
Los números
El diseño de un vehículo no empieza con un lápiz y una hoja, se empieza en observar las necesidades en el mercado, objetivos técnicos y la administración de los recursos (el presupuesto, el espacio en fábrica ocupado por los materiales empleados y del personal necesario).
Renault siempre busca maximizar las sinergias, como su colaboración con Ampere, que es fundamental en el desarrollo de nuevos vehículos por la agilidad de su estructura. Podemos compararlo con una startup, por su incorporación de materiales reciclados durante el proceso productivo. Esto se potencia aún más a través de la cadena de suministros, ya que, más del 80% de los proveedores del R5 están a menos de 300 km, así se reducen costes logísticos y la huella de carbono.
Los equipos multidisciplinares tienen que tener en cuenta esto para definir los factores clave como la categoría del vehículo (si es híbrido, eléctrico, SUV, etc.), los precios de venta, el presupuesto y las matriculaciones.
Después de obtener estos datos y gracias a que el original Renault 5 fue un éxito comercial, se comenzó a trabajar en el nuevo R5 con la idea principal de hacer el modelo clásico pero electrificado.
Es el turno de los diseñadores
Los diseñadores entran en acción cuando ya hay unos requisitos a satisfacer con el nuevo coche. Al tener presencia en Europa, América Latina y Asia, los diferentes equipos trabajan en el diseño general y posibles variantes locales.
Mayormente, se suele empezar desde cero con un concepto, pero hay casos (como el del R5) que se pueden seguir pautas de diseños anteriores. Se puede oscilar entre el futurismo y un avance definido, pero la misión es definir las líneas maestras y desarrollar aspectos del apartado técnico del vehículo, así también adelantar a la prensa y a los consumidores. Por último, el fabricante toma decisiones según el feedback del adelanto.
El coche comienza a tomar forma mediante escalas de arcilla o recreaciones virtuales previos a la industrialización.
El diseño del Renault 5: Un flechazo
De forma totalmente inusual, el concepto del R5 fue todo un flechazo; no hizo falta ni el debut de un concepto al uso para autorizar la producción de este.
Todo comenzó en 2020. Luca de Meo (el CEO en aquel momento) estuvo observando las obras del equipo de diseño de París hasta que vio un modelo a escala real realizado como un estudio interno y quedó cautivado.
Esa chispa que se encendió en él aquel entonces CEO por las líneas angulosas ayudó a la decisión de resucitar el mito del Renault 5 original lanzado durante la crisis del petróleo. Así empezó el proyecto de traer de nuevo el R5 bajo el concepto “retrofuturismo”.
Industrialización
Con una visión virtual del coche definitivo, los ingenieros se pusieron a trabajar en el nuevo Renault 5. En París, en una de las pocas instalaciones especializadas en la producción de prototipos, se fabricaron las primeras unidades antes del inicio de la producción en masa.
Se empezaron a crear varios prototipos diseñados para comprobar la validez de los métodos y del concepto en sí. En este caso, desde la aprobación del diseño inicial hasta la realización de los primeros prototipos se necesitaron tres años, que puede parecer mucho tiempo, pero en realidad es bastante breve y que plantean acortarlo cada vez más.
Los prototipos funcionales circulan de manera camuflada por las carreteras, para así poder comprobar la fiabilidad de los coches, poniéndolos a prueba con climas extremos para comprobar el funcionamiento de las baterías. Si se detecta alguna deficiencia o aspecto fácilmente mejorable, los ingenieros y el equipo de diseño elaborarán técnicas rápidas para elaborar piezas en un tiempo récord.
Cuando el prototipo tiene en funcionamiento deseado, se inicia el proceso en fábrica para la fabricación en masa en las diversas fábricas repartidas por Europa.
Objetivo: hacerlo en menos tiempo
Uno de los obstáculos en la rentabilidad con el que se encuentran los fabricantes es el largo y complicado proceso por el que deben pasar todos los coches, desde que son conceptualizados hasta que llegan al concesionario.
La acumulación de costes, debido a que hay que invertir hasta medio lustro de esfuerzo para ajustar un coche a unas necesidades cambiantes y así mantenerlo en venta durante 8 años, es bastante complicada. Por eso, hacer que ese tiempo de gestación se reduzca, como en el caso del R5, hace que la sostenibilidad del negocio se dispare.
Para evitarlo, Renault ha puesto en marcha el programa de aceleración industrial Spedd of Lightness, que busca acelerar el tiempo de desarrollo de 4 años a solo 2. Integrando el ecosistema de movilidad eléctrica, compuesto por dos plantas de ensamblaje y dos gigafactorías de batería, volcadas al 100% en la producción de vehículos eléctricos.
La experiencia ganada durante el diseño y la producción del R5 han sido claves a la hora de dibujar las estrategias industriales que permitirán a otros coches de la marca llegar aún más rápido al mercado.
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